"Un manual de vida" (EPICTETO)
"Las circunstancias no se presentan para satisfacer nuestras expectativas. Las cosas suceden por sí mismas. La gente se comporta tal como es. Aprovecha lo que realmente obtienes.
Abre los ojos: tienes que ver las cosas tal como son y así te ahorrarás el dolor de los falsos vínculos y de la decepción evitable.
Piensa en lo que te deleita, las herramientas con las que cuentas, las personas a quienes quieres. Pero recuerda que tienen su propio carácter específico, el cual poco o nada tiene que ver con la forma que tenemos de verlo.
No son las cosas lo que nos trastorna, sino nuestra interpretación de su significado.
Las cosas y las personas no son lo que deseamos que sean ni lo que parecen ser. Son lo que son".
Espero que os guste.
Besitos cordobeses.
Complemento con algo para bailar.
http://www.youtube.com/watch?v=qiJlQHruPjw&feature=related
(Melendi, genial)
Sentido y sensibilidad
Esta tarde me regalaré un rato de cine entrañable y perfecta banda sonora.
Algunos dias, un poco de melancolía es como el azucar en el café.
Besitos.
Algunos dias, un poco de melancolía es como el azucar en el café.
Besitos.
MI MEMORIA
Siempre he sabido que mi memoria es, fundamentalmente, olfativa.
El mundo de los olores siempre me ha fascinado, no tanto el de los perfumes (aunque hayan marcado ciertos momentos de mi existencia), como el olor de la vida. Es más, todos los recuerdos importantes de mi transitar van asociados a algún olor.
Recuerdo el olor del talco que mi madre ponía sobre mi piel al darme un baño en esa maceta de cinq que sustituía el frío de los azulejos por el calentito de la mesa camilla, no tendría yo más de cuatro o cinco años y aún lo conservo.
Ese olor que desprendían las sábanas limpias , lavadas con jabón casero, blanqueadas al sol sobre ramas de lavanda y planchadas con agua de arroz o con almidón, y el crujir con el roce de mi piel. El beso de buenas noches , arropándome y con ese olor a polvos Maderas de Oriente.
Los días de matanza, todo impregnado con el olor a cebolla, ajos, morcillas en el caldero, chup,chup.
Matalaúva, clavo, ajonjolín, canela, humm, pestiños de Semana Santa.
Veranos de sol y mar. Olor a salitre, algas, pescado, espetos, olor a sal.
El dulce aroma de las muñecas , esas que tenían el pelo cosido a la cabeza por cientos de pequeños orificios.
Una adolescencia con “Gotas de oro”, “Simpatía”, gel Nelia y desodorante Tulipán negro.
Joven universitaria con tendencias hippies , barritas de sándalo y pachuli.
Noches de mayo en cruces y patios, jazmín y azahar hasta perder el sentido. Claveles gitanos colgando entre las rejas de la judería y olor a rio, olor a Guadalquivir.
Bebés con Nenuco, y después, gomas de borrar, punta de lápiz, barra de pegamento, cartera nueva.
Cocina, especias, pasteles, recetas prestadas, olores compartidos en un domingo de cocina, con cadena dial y un vino, y un baile. Olor a arroz de domingo, de muchos domingos.
Frasco en forma de estrella de cristal con Angel dentro, mezclándose, a veces, con Chanel (for men), pocas veces pero acertadas. Albaycin, glicinia, jazmín, también aquí. Olor a luna , luna mora.
Café, como no, toda mi vida, café al amanecer en la taza de mi abuela; café en mi adolescencia, a escondidas; café en la universidad;café con los amigos, con los novietes; café en las noches de insomnio por la fiebre de los niños, café de por vida.
Olor a esencia de tremetina, óleo, cola piscis, laca zapón.
Muchos olores, no todos, y cada uno me hace volver al momento preciso en que lo recuerdo. Cierro los ojos y tengo a sensación de estar allí, recuperando momentos, lugares, personas, caricias, amores.
Olores, olores miles.
El mundo de los olores siempre me ha fascinado, no tanto el de los perfumes (aunque hayan marcado ciertos momentos de mi existencia), como el olor de la vida. Es más, todos los recuerdos importantes de mi transitar van asociados a algún olor.
Recuerdo el olor del talco que mi madre ponía sobre mi piel al darme un baño en esa maceta de cinq que sustituía el frío de los azulejos por el calentito de la mesa camilla, no tendría yo más de cuatro o cinco años y aún lo conservo.
Ese olor que desprendían las sábanas limpias , lavadas con jabón casero, blanqueadas al sol sobre ramas de lavanda y planchadas con agua de arroz o con almidón, y el crujir con el roce de mi piel. El beso de buenas noches , arropándome y con ese olor a polvos Maderas de Oriente.
Los días de matanza, todo impregnado con el olor a cebolla, ajos, morcillas en el caldero, chup,chup.
Matalaúva, clavo, ajonjolín, canela, humm, pestiños de Semana Santa.
Veranos de sol y mar. Olor a salitre, algas, pescado, espetos, olor a sal.
El dulce aroma de las muñecas , esas que tenían el pelo cosido a la cabeza por cientos de pequeños orificios.
Una adolescencia con “Gotas de oro”, “Simpatía”, gel Nelia y desodorante Tulipán negro.
Joven universitaria con tendencias hippies , barritas de sándalo y pachuli.
Noches de mayo en cruces y patios, jazmín y azahar hasta perder el sentido. Claveles gitanos colgando entre las rejas de la judería y olor a rio, olor a Guadalquivir.
Bebés con Nenuco, y después, gomas de borrar, punta de lápiz, barra de pegamento, cartera nueva.
Cocina, especias, pasteles, recetas prestadas, olores compartidos en un domingo de cocina, con cadena dial y un vino, y un baile. Olor a arroz de domingo, de muchos domingos.
Frasco en forma de estrella de cristal con Angel dentro, mezclándose, a veces, con Chanel (for men), pocas veces pero acertadas. Albaycin, glicinia, jazmín, también aquí. Olor a luna , luna mora.
Café, como no, toda mi vida, café al amanecer en la taza de mi abuela; café en mi adolescencia, a escondidas; café en la universidad;café con los amigos, con los novietes; café en las noches de insomnio por la fiebre de los niños, café de por vida.
Olor a esencia de tremetina, óleo, cola piscis, laca zapón.
Muchos olores, no todos, y cada uno me hace volver al momento preciso en que lo recuerdo. Cierro los ojos y tengo a sensación de estar allí, recuperando momentos, lugares, personas, caricias, amores.
Olores, olores miles.
Dame tu dirección...
... y te mandaré un regalo.
No será caro, ya sabes que no sé poner precio a los sentimentos; no será voluminoso, necesito poco espacio para casi todo; tampoco será pesado, me gusta ir ligera de equipaje; lo que sí será es mio, pensado, sentido y hecho a tu medida.
Feliz dia a todos.
No será caro, ya sabes que no sé poner precio a los sentimentos; no será voluminoso, necesito poco espacio para casi todo; tampoco será pesado, me gusta ir ligera de equipaje; lo que sí será es mio, pensado, sentido y hecho a tu medida.
Feliz dia a todos.
" ¿Ves que es bueno rezar?, pues mejor es callar".
A veces las palabras dañan más que ayudan.
Hay quién usa la voz, yo el lápiz (el teclado , en este caso).
Es mi forma de entender la vida, escribiendo todo lo que me pasa por la cabeza.
Hay dias que tengo que levantarme de la cama porque me despierta una idea, una sensación, un recuerdo, y aparece con tal fuerza que no puedo evitar anotarla para impedir que pase al libro del olvido, como la mayoría de mis apuntes mentales.
Otros me siento ante esta ventana y me dejo llevar. Mi última sesión de horas me supuso una terapia genial. Descargué toda mi ira, frustración y , porqué no decirlo, cabreo y, como siempre, dirigida , en tercera persona, a alguien especial.
No, no es que fuera culpable, pero como chivo expiatorio, genial.
Conclusión: al dia siguiente estoy fatal. Seguro que lo ha leido. Tendré que ver cómo lo explico.He conseguido lo contrario de lo que buscaba, ahora me siento peor.
Y, como decía mi sabia madre, " todo aprendizaje es costoso", y yo estoy pagando el precio por aprender a callar y reciclar mis cosillas en mi procesadora interior de residuos contaminantes.
Buen dia .
Hay quién usa la voz, yo el lápiz (el teclado , en este caso).
Es mi forma de entender la vida, escribiendo todo lo que me pasa por la cabeza.
Hay dias que tengo que levantarme de la cama porque me despierta una idea, una sensación, un recuerdo, y aparece con tal fuerza que no puedo evitar anotarla para impedir que pase al libro del olvido, como la mayoría de mis apuntes mentales.
Otros me siento ante esta ventana y me dejo llevar. Mi última sesión de horas me supuso una terapia genial. Descargué toda mi ira, frustración y , porqué no decirlo, cabreo y, como siempre, dirigida , en tercera persona, a alguien especial.
No, no es que fuera culpable, pero como chivo expiatorio, genial.
Conclusión: al dia siguiente estoy fatal. Seguro que lo ha leido. Tendré que ver cómo lo explico.He conseguido lo contrario de lo que buscaba, ahora me siento peor.
Y, como decía mi sabia madre, " todo aprendizaje es costoso", y yo estoy pagando el precio por aprender a callar y reciclar mis cosillas en mi procesadora interior de residuos contaminantes.
Buen dia .
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