Esa delgada línea.

Entre la sinceridad extrema y la mala educación sólo existe una delgada línea.

Está de moda ser sincero, directo, claro y valiente en el hablar.

Siempre ha sido una virtud la sinceridad y la franqueza y sigue siéndolo, pero también la discreción, el respeto al otro y sus circunstancias.

El exceso de sinceridad no es más que una imposición de la opinión propia como la más cierta y coherente.

A veces callar y escuchar es más conveniente. No siempre se debe/puede decir lo que se piensa, aunque sea acertado, porque puede causar daño, rencor, incertidumbre u ofensa y nadie está en posesión de la verdad absoluta.

Los matices dan el color a la vida y, como decia mi madre, "ponte siempre en el lugar del otro antes de dar tu opinión, a todos nos joden (ella decía duelen) casi las mismas cosas".

Aviso navegantes.

LLegado a mis oidos el cotilleo generalizado de los aburridos de la vida que pululan por mi pueblo y que, tras descubrir maravillados la existencia de un "novedoso" medio de comunicación llamado "internet", sólo se dedican a rebuscar, interpretar, y criticar blogs ajenos sin tener la valentía de tener uno propio, creo oportuno aclarar que no todo lo que la gente escribe en estos medios es fiel reflejo de su vida personal, familar o afectiva.

La gente que escribe un blog, plasma también palabras sobre situaciones imaginarias, añade canciones que no siempre hacen alusión a la realidad personal, cita escritores por el sólo placer de hacerlo y compartir palabras bien escritas y con un significado.

Si es del gusto del lector aplicar, imaginar, atribuir y reliar la vida del escribiente con lo que escribe, pues es una opción más para el aburrimiento del que lee.

Leer simplemente y dejar las asociaciones, requiere un nivel algo más elevado del habitual en estos lares.

Pues eso, dicho lo dicho, y que cada uno lo tome como pueda, me voy a dar un remojón, por dentro y por fuera.

Muack.

Decidido.

Ya está decidido.
Me tomaré mis esperados días personales la tercera semana de Agosto.
Primero las vacaciones familiares y después las particulares.
Este año necesito irme a un sitio tranquilo, con vegetación, temperaturas compatibles con la vida y personas que busquen el mismo tipo de descanso.
Imprescindible unos días sin familia ni "consorte".
Han sido doce meses duros psíquica y emocionalmente.
He tenido varias sugerencias y al final me he decidido por el Pirineo Catalán.
Me voy con una amiga que comparte esta necesidad de leer, pasear, dormir, olvidar el móvil y el reloj, no hablar más de lo necesario y comer sano y natural.
Espero disfrutar del río, del bosque o, en su defecto, cualquier cosa parecida a un árbol y volver con las pilas a tope para empezar Septiembre con energía.
Entre tanto, cuidaré de la clavícula rota de mi "compañero de fatigas", ordenaré esta casa abandonada por meses de exámenes, pasaré unos días en graná buscando una inversión inmobiliaria urgente y pensaré qué libros meto en la maleta.
Una musiquilla para distraer el día.

A ver, a ver.

"PIENSO DEMASIADO Y ESTOY MISTERIOSA"

Dos atribuciones de lo más divertidas.

"Pienso demasiado"---pienso todo lo que dan de sí mis neuronas que, ultimamente, tengo muy entrenadas.
No pienso demasiado, puede que diga demasiado de lo que pienso, aunque pienso que lo digo sólo a personas seleccionadas y, si piensan que pienso demasiado, igual he pensado que eran lo que no son y piensan de mí de forma equivocada.

"Estoy misteriosa"---no, sólo estoy no invadiendo, respetando, acatando, resolviendo, esperando, intuyendo, aceptando, ubicando, compartiendo, respirando, vivendo.

Un paréntesis para mi chico favorito.

¡FELIZ PRIMER CUMPLEAÑOS A CARLITOS!

Hace ya un año que llegaste y no has dejado de sonreir ni un momento. Has hecho felices a muchas personas. Tu abuela es muuuuucho más joven, tu abuelo está como loco, tu tía Cris te ronronea como a un gato, najwa te huye despavorida, tus padres juegan contigo de tú a tú, Raquel te busca entre sus cosas, su teclado y sus proyectos, a mi me haces jabón cada vez que me abrazas.

Tienes la sonrisa más bonita que jamás vi en un bebé y amenazas con ser un conquistador. Ya, en tu primer año, provocas como nadie.

Mil besos y mil abrazos a Carlitos .






Te quiero, rey moro.

Yo tambien me voy.

Como es dia 6 de Julio, son las 19.38 y mi cabeza no da para más, hago como el conejo de Alicia.

Ya está bien por este año, necesito mis vacaciones, ya.






Creo que es una de las películas infantiles que más veces he visto siendo adulta.

Pues mira no, no soy perfecta, yo tampoco.

Hay personas que consiguen sacar lo peor de mí.

Pasado el tiempo y visto el remolino de sensaciones y huracanes que me han bamboleado, concluyo que "hay personas que no me convienen".

Estando cerca de ellas me siento totalmente vulnerable, irascible, asustada, irracional. Digo y hago cosas que, cuando pienso más adelante, me averguenzan, me vuelven irreconocible ante mí misma.

Pierdo la dignidad, no sé valorarme, me siento incapaz de tomar decisiones y me dejo humillar, vamos lo que vulgarmente se llama un trapo.

Sentirme manipulada y utilizada me retuerce el hígado y saca mi ira más profunda, hecho este que me provoca bilis, y esta dolor de estómago, que me hace dormir mal y despertarme cansada, sin ganas de nada y de un humor poco recomendable.

El proceso de reconstrucción suele durar bastantes dias que, dicho sea de paso, los paso jodida y poco contenta.

Concluyo que "hay personas que no me convienen"y de las que debo huir como alma que lleva el diablo, aunque eso pueda parecer ordinario y maleducado, poco cortés y fuera de tono.

Evitarlas es un papelito menos que meter en mi caja de desastres.


Puede que el calor, el cansancio y la luna de Julio que crece y crece me tengan un poco "pallá".

Pero, voy a dejar que corra el aire.

mis miedos.

Hace mucho que escribo, creo que desde siempre, desde antes de ir al cole. Escribo con letras, con dibujos, con miradas, con pensamientos.

Uno de esos dias en los que escribes porque no puedes respirar, tras concluir el relato de cómo me sentía, qué me había llevado a eso, cuáles eran las distintas interpretaciones que surgían de mi cabeza y las ganas de morirme que me producía la situación, decidí no romperlo, como hacía siempre.

Busqué una preciosa sombrerera que mi madre guardaba en su armario. Era de un sombrero que mi abuela había llevado a una boda en su primera juventud, su primer sombrero de quince años, ese que desapareció durante la guerra y sólo quedó la caja.

Era una caja redonda de color crema con un cordón de seda algo oxidado por los años. Tenía impreso en relieve con letras doradas el nombre de la tienda donde también lo habian fabricado.

Parece ser que eran sombrereros de toda la vida, de hecho aún siguen con la tienda en el mismo lugar de Córdoba, con los mismos estantes de maderas curadas por los años y corros de cajas redondas con miles de sombreros de todo tipo.

El olor de esa tienda es tan especial que parece transportarte a los años veinte, no sé si es por el cartón, por los productos que usan al planchar el pelo de conejo de los sombreros cordobeses o por el channel nº 5 de las señoras que pasan por alli.

Pues bien, tomé esa caja maravillosa en mis infantiles manos y metí dentro el papel.


A partir de ese momento, cada vez que me sentía mal, cada papel que encerraba algo de mí, bueno o malo, acababa allí, entre mini jabones de Heno de Pravia, de esos que mis padres traían de los hoteles, y restos de flores secas de algún tierno San Valentín adolescente.

Aún sigo haciéndolo pero ahora me sirve para relativizar. De vez en cuando abro la caja, meto la mano y saco uno de esos papeles al azar. Leo los motivos, mi reacción, y analizo desde otra perspectiva y, ¿sabes qué? termino riendo y tirando eso a la basura.

Mi caja cada día pesa menos, hay más jabones de olor y más flores .
Cada nota que meto tiene los dias contados porque mis bajones son menos duraderos y la perspectiva consiguiente, mucho más clara y serena.

Espero poder dedicar esta caja de mis tormentos vividos para guardar velas , incienso, perfumes, y alguna que otra foto interesante, en un tiempo no muy lejano.

Y un dia, de pronto...

...cuando ya habia dado por hecho que nunca más sabría de esa persona, recibo un mail.

Ahora no sabría qué decir al respecto, una mezcla de sorpresa, alegría, miedo y pena.

Tantos momentos y risas compartidos han quedado en unas palabras frías cada mucho tiempo y ningún interés por cómo nos va.

Me entristece esa "conversación -telegrama diplomáticamente correcta".

Es violento usar ese formato cuando ha habido tanta complicidad en el pasado.

A mí me cuesta hablar de esa manera, soy más de sentir lo que hablo y este estilo mio no encaja mucho con el saludo correcto, la palabra justa y la despedida breve, sobre todo cuando se trata de personas importantes para mí.

En fin, puede que te sea difícil pero yo te digo desde el alma que no debería serlo, sigo siendo yo y no hago preguntas ni reproches, sólo me alegra saber de tí. El tiempo entre mail y mail es indiferente, el valor está en lo que se dice y con qué intensidad se dice.

Cuídate y ábrete, el mundo es genial, como siempre lo ha sido.